Hommes
Hay temas que a los hombres nos incomodan: hablar del compromiso, de los planes de Nochevieja o del gran tabú con el que pocos nos atrevemos a abrir conversación, la caída del pelo.
Hay temas que a los hombres nos incomodan: hablar del compromiso, de los planes de Nochevieja o del gran tabú con el que pocos nos atrevemos a abrir conversación, la caída del pelo.
La calvicie es una realidad y afrontarla no es fácil. En nuestro minúsculo mundo interior, asumimos el paso del tiempo y con él, sus futuras arrugas, problemas de próstata e, incluso, sabemos que nuestra barriguita incipiente se convertirá en un bombo. Lo que muchos negarán, una y otra vez, será el hecho de asumir una vida con una cabeza despejada.
A partir de los 25 años y durante estos meses del año, el tema ya no es un juego. Todos notamos que empezamos a perder algo de pelo y, ¿a qué culpamos? A la primavera, al verano, al estrés... Os permitimos que nos conviertas en un saco de hormonas sin control, dejamos que nuestros ahorros se esfumen en ingentes cantidades de pañuelos por tu alergia y bebidas por tu buen tiempo, por tu culpa nuestro Instagram se vuelve más ñoño y se repleta de florecitas y plantas… pero, en serio, ¿era necesario que nos quedemos calvos?
Todo es muy sutil y, aparentemente, lento, como un primer romance. Primero comienzan los primeros escarceos, picores y algún pelo tonto que se cae un domingo en el potaje de la abuela. Hasta que un lunes, en el que luchas por sobrevivir a la resaca de la mala vida de los días previos, te miras en el espejo de la oficina con el fin de amaestrar un poco tu melena y ¡ahí está! En un principio, negaremos todo y rezaremos a todos los dioses para pensar que es un remolino, hasta que retiras tu magnífico flequillo y permanece intacta: una calva y gran entrada. El drama esta servido.
De todas formas, cómo señala David Lesur, primer estilista del salón David Künzle: “En primavera y primeros días de verano la caída del cabello se acentúa, solamente supone una dura etapa en la que luego, el cabello vuelve a la normalidad”. De hecho, el Künzle nos recomienda chequear la densidad de nuestro pelo. Si no sabéis cómo, nosotros os lo enseñamos: abre tu mano, pasa tus viriles dedos por tu abundante cabellera apretando desde el cuero cabelludo hasta las puntas y después repite sobre toda la cabeza. ¿Resultados del test? (Así, cual revista adolescente) Si hay menos de 10 pelos, todo está en orden. Si encontramos más de 10, ¡cuidado! Estás empezando el proceso de caída. Más de 15… ¡ALARMA! Estás en el momento crítico y hay que tratarlo sí o sí.
Como siempre, aquí estamos para ayudar y, por eso, os presentamos una selección de productos más efectivos: