En otoño también, cuida tus pestañas. ¿Cómo lo puedes hacer?
Llega el otoño y, aterrorizadas, corremos como locas buscando todo tipo de tratamientos para el cutis, los granitos, las ojeras, los labios, el cuerpo… Nos gusta estar bien hasta el último detalle pero, ¿y qué pasa con las pestañas? ¿Nos hemos olvidado de ellas? Son el punto más importante de una mirada y te damos los mejores tips para cuidarlas, apunta.
No nos cabe duda, si tuviéramos que definir un punto como el más expresivo de la cara, es casi seguro al 100% que la mirada sería la respuesta de todas nosotras. ¿A que sí? Es donde residen las emociones, para bien, para mal. Lloramos, miramos, amamos y nos enfadamos, todo a través del mismo foco, tanto de expresión, como de atención.
Con una mirada podemos hasta enamorar, pero no contamos ya lo que llega a enamorar un buen parpadeo. Tiene magia, pero para que la desprenda hay que saber cuidar sus fieles detalles: las pestañas.
Y es que parece mentira, que con la cantidad de tiempo y dinero que gastamos las mujeres en todo tipo de tratamientos y cuidados, casi siempre nos olvidamos de cuidar ese pequeño tesoro que le da vida a nuestra mirada. Bien es cierto que con las modas actuales, las extensiones de pestañas viven su máximo apogeo, pero vamos a reconocerlo: siempre se nos olvida cuidarlas bien.
Son el filtro que nos protege de las impurezas del aire y de los rayos de sol. Son el punto sexy que le aporta a nuestros ojos un aire de misterio, son el detalle que nos gusta remarcar. Y por ello cuidarlas adecuadamente debe ser el punto número 1 que debes añadir a tu rutina diaria. te contamos cómo en tres sencillos pasos:
Paso número 1: Sabemos que te encanta la máscara de pesteñas, pero no abuses de él. Con una capa fina es suficiente para remarcar la mirada y no crear los pegotes que todas conocemos y que tan perjudiciales son.
Paso número 2: Limpiar con un buen producto es vital. Especialmente aquellos que no tengan alérgenos o que nos puedan afectar. Cada vez que entres en casa, recuerda: un par de gotitas de leche desmaquilladora y un algodón bastan para dar un masaje suave y quitar el producto.
Paso número 3: Aplicar productos que las fortalezcan y aumenten su extensión. Hay muchos como la abéñula (truco de las abuelas) que les devuelven la vida y actúan fortaleciendo de raíz a punta.