Lo cierto es que la fiebre “brilli-brilli” es algo que a pesar de las críticas, se mantiene. Cada año por estas fechas son más las marcas que se animan a adornar nuestros looks con purpurina y lentejuelas para que brillemos con luz propia, y no hablamos únicamente de ropa.
Chanel, Victoria’s Secret, MAC o Etnia son algunas de las marcas que se han unido a los productos beauty
glitter. Barras de labios, laca de uñas, máscara de pestañas, sombras de ojos, cremas faciales… La purpurina está permitida en todas sus versiones y en todas las partes de nuestro cuerpo: axilas, barbas, uñas, ojos, raíces… De hecho, las redes sociales están que arden y Blanca Miró, una de las instagramers españolas del momento dejó ver en su cuenta hace unos días que, efectivamente, esta tendencia está en boga y que ella también ama la cosmética brillante.

Pero no solo Blanca se ha unido al glitter, La tendencia se ha colado incluso en el mundo del arte. La fotógrafa amateur, Hannah Altman, consiguió que su obra And Everything Nice se convirtiese en todo un fenómeno viral. ¿Cómo? Sustituyendo los fluidos corporales por purpurina, es decir, las lágrimas, el sudor, la sangre… Todo un espectáculo de luces y emociones fuertes. Así es el poder de las tendencias beauty.