Una exposición que muestra la relevancia del encaje en las creaciones de Cristóbal Balenciaga y cómo el modisto revolucionó sus usos y siluetas conjugando cuerpo, aire y tela.
Igual Alicia pasó a través del espejo para encontrar un mundo de fantasía, el modisto de la elegancia pasó a través del encaje para revolucionar y ensalzar una tela que se convertiría en parte fundamental de sus diseños y su evolución en la industria. Tanto es así que esta incursión en la fantasía del encaje se recoge hoy en una exposición del Museo Cristóbal Balenciaga: Balenciaga a través del encaje.

Como en el cuento de Lewis Carroll, el viaje de Balenciaga a través del encaje comenzaba con curiosidad. El modisto empezaba a diseñar inspirado por su infancia en Getaria, en 1900, donde era espectador de los maravillosos vestidos poblados de encaje que llevaban las mujeres ricas de día y de noche. Tan fascinado estaba por aquello que decidió cruzar aquel espejo e investigar todas las posibilidades de aquel material, empleándolo en vestidos, chaquetas, boleros, abrigos, accesorios… Prendas ideadas para cualquier momento del día.
Lo que diferenció al modisto en los años 50 y 60 fue el hecho de utilizar este material como utilizaría cualquier otro tejido, ni más ni menos. El encaje no sólo servía para vestidos pomposos, también para los camiseros, los baby doll, para las túnicas…Y, por supuesto, aceptaba cualquier color, jugando con los nuevos tonos a multiplicar los efectos de las transparencias. Su revolución alcanzó un punto más alto cuando creó nuevas siluetas, líneas fluidas, volúmenes inesperados y transparencias ensalzadas con infinitos bordados que arrasaron con lo establecido.
La exposición, coproducida junto a la Cité Internationale de la Dentelle et de la Mode de Calais, Francia, y comisariada por Catherine Join-Diéterle, conservadora honoraria del Patrimonio de Francia y antigua directora del Palais Galliera, es una invitación a vivir el sueño del maestro, a introducirnos en su País de las Maravillas.
Balenciaga a través del encaje. Hasta el 18 de Septiembre en el
Museo Cristóbal Balenciaga, Aldamar Parkea 6, Getaria.