Carole Bouquet, la chica Bond, el eterno chic francés
Chica Bond e imagen de Chanel, la actriz francesa Carole Bouquet es de ese tipo de mujeres que solo puede fascinar a quien la mira. Aunque a ella no le haga gracia sentirse observada.
“En un mundo mejor que este, ella habría sido elegida el nuevo James Bond”, sentenció un crítico de cine en su reseña de Solo Para Sus Ojos (1981). En un mundo mejor que este, Carole Bouquet nunca debería haber sido infeliz por ser tan guapa. “Lo que te molesta no es tanto si eres bella o no. Lo que te molesta es la forma en que mira la gente”, declaró la actriz al diario The Independent en 2008.
Bouquet se convirtió en un icono instantáneo con el estreno de Ese Oscuro Objeto del Deseo (1977) por motivos obvios: encarnaba el misterio del chic francés. Aunque el vestuario –a excepción de la lencería– no estaba a la altura del gran clásico de Buñuel Belle de Jour (1969), su protagonista miraba por encima del hombro con esa mezcla de indiferencia y altivez tan parisinas, con una expresión de constante apatía que solo alteraba por una media sonrisa quién sabe si de complicidad o de burla. El tiempo demostró que no eran solo relativos a su papel, sino parte de sí misma. La gabardina gris de Buffet Froid (1979) consolidó su fama y en Blank Generation (1980) bordó el estilo masculino con etiqueta gala. Esta producción hizo que trasladase su residencia a Nueva York, donde estableció una estrecha amistad con Andy Warhol a base de noches legendarias en Studio 54 donde, por cierto, no se contagió ni una décima del look discotequero americano.
Legendaria fue también su melena como chica Bond. El papel, que no implicó bikini de infarto pero sí camiseta mojada, le granjeó la fama internacional y un contrato como imagen de Chanel (¿existe una manera más clara de convertirse en referente del estilo francés que posando al lado de un frasco de Nº5?). Con Astucias de Mujer (1994) confirmó que nadie sabe llevar un blazer como ella, y con Mala Fama, estrenada ese mismo año, que todas deberíamos tener un traje de chaqueta rojo.
Es curioso lo similar que ha sido siempre su estilo cuando se alejaba de los focos, como si los directores de vestuario de las películas no hayan considerado necesario alterar su guardarropa para que se metiese en el papel. Lo cierto es que en su caso nunca se ha tratado de lo que llevaba. Ni las chaquetas de tweed, ni las blusas de seda, ni los pantalones masculinos, ni los jerséis de cashmere, ni siquiera su larga melena (que nunca ha sido salpicada con ningún tipo de tinte y que se rapó al uno en 2015 por un “pequeño” accidente al tratar de cortarse el pelo en casa) son responsables de su leyenda. Es su actitud, su manera de presentarse ante el mundo como una mujer fuerte que no teme a nada lo que todavía inspira a diseñadores como Guillaume Henry (Nina Ricci) y Nicolas Ghesquière, que ha confesado que ha dado forma a la colección Spring/Summer 2017 de Louis Vuitton pensando en ella.
Más de tres décadas después de su debut, Carole Bouquet no ha perdido una pizca de misterio. Todo lo contrario, los años solo han hecho todavía más inevitable lo que menos le gusta de su belleza: ser contemplada.