Moda

Dos americanos en París

Los creadores de Proenza schouler, Jack McCollough y Lazaro Hernandez, se han dejado seducir por la capital francesa y el saber hacer que tanto buscan, pero sin caer en clichés o ideas preconcebidas.
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Los creadores de Proenza schouler, Jack McCollough y Lazaro Hernandez, se han dejado seducir por la capital francesa y el saber hacer que tanto buscan, pero sin caer en clichés o ideas preconcebidas. En el claustro del Liceo Jacques-Decour en París, una mañana de domingo de julio ahogada en bruma, Proenza Schouler, símbolo de la moda estadounidense, desfilaba durante la semana de la alta costura. Rodarte, otra firma insignia del país que abandona las pasarelas de nueva York, presentó su colección solo horas más tarde. Ambas etiquetas han sido invitadas por la Fédération de la Haute Couture et de la Mode a formar parte de su calendario. El pasado septiembre fue el turno de Lacoste, que volvía a París después de 13 años de ausencia, y Thom Browne y Altuzarra también se apuntaron a la semana de la moda parisina. Después de meses atormentada, la ciudad vuelve a ser cortejada. Dos días más tarde nos citamos con los dos creadores de Proenza Schouler, Jack McCollough y Lazaro Hernandez, en el Hotel Lancaster, en el distrito 8 de París. Jeans negros, camisetas, zapatillas Adidas... Están relajados y felices de encontrarse en la Ciudad de la Luz. Detrás de sus orejas se atisba el mismo tatuaje: una especie de estrella de la suerte. Dicen que la magia de la capital –empañada por los ataques terroristas y el flujo de turistas extranjeros– siempre funciona. Su responsable de prensa a firma por lo bajo: “Sabéis, Jack y Lazaro son muy normales. El uso del término puede parecer raro aplicado a diseñadores de moda, ¡pero es verdad! no tienen un ego sobredimensionado”. Nacidos en 1979, se conocieron a los 19 años en la Parsons de nueva York (la mayor escuela de moda de Estados Unidos) y en ese momento decidieron lanzar una colección conjunta. Lazaro, hijo único de inmigrantes cubanos instalados en Florida, estaba destina- do a una carrera en medicina. Jack venía de familia numerosa (cinco hermanos y hermanas), nació y vivió en Tokio antes de instalarse en nueva Jersey y San Francisco. En 2002, su colección de graduación fue adquirida al completo por Barneys y se pone en marcha su firma, bautizada Proenza Schouler de acuerdo a los apellidos de soltera de sus madres. Jack y Lazaro se dan a conocer al gran público con el PS1, un bolso a medio camino entre la bolsa y el maletín, que tuvo un gran éxito comercial. Su ready-to-wear combina técnicas tradicionales y tecnología, siluetas retro y futuristas. Kirsten Dunst, Gia Coppola, Alicia Vikander o Rooney Mara se convierten en eles a la marca: mujeres que, de acuerdo a los diseñadores, se interesan por la cultura y la artesanía. En junio del año pasado un nuevo CEO, Judd Crane (exdirec- tor de moda de mujer de Selfridges), llegó para suceder a Shirley Cook, cofundadora de la firma con el dúo de directores creativos que abandonó la empresa en 2015 cuando el fondo de inversión Castanea adquirió una participación minoritaria de la misma. Con Crane decidieron potenciar su desarrollo: des le en París, lanzamiento de un perfume de la mano de L’Oréal en 2018, renovación de la página web y fusión de precolección y colecciones principales para no trabajar en dos conceptos al año. Su desfile Spring/Summer 2018 celebra el saber hacer francés: vestidos de plumas, piezas adornadas con bordados orales, muselina de seda, aplicaciones de corsés de cuero... todo con una paleta de tonos blancos, negros y rosas achampanados. Entre bastidores, la diseñadora Tory Burch exclamó: “¡Los estadounidenses invaden París!”. Han elegido des lar durante la semana de la alta costura. Vetements fue la primera firma en hacerlo en julio de 2016, invitada como ustedes por la Fédération de la Haute Couture et de la Mode. ¿Por qué París? ¿Por qué ahora? Lazaro Hernandez: ¡París es el centro mundial de la moda! Creo que todos los diseñadores noveles sueñan con des lar un día en esta ciudad. Durante los dos últimos años hemos pasado mucho tiempo aquí desarrollando nuestra primera fragancia con L’Oréal. nos ha inspirado mucho. Reflexionamos también sobre nuestra estrategia, fusionar precolecciones y colecciones y organizar solo dos des les al año en enero y julio que es cuando se ponen a la venta las precolecciones de mujer. Decidimos probar suerte aquí durante la costura y la federación nos invitó de manera oficial. ¿Cómo han encontrado el ambiente? Jack McCollough: Es suficiente caminar por la puerta del hotel para que la inmersión sea completa. Nos gusta andar, mirar y observar la arquitectura que se baña de historia. En Nueva York todo es más industrial y crudo, la estética es muy diferente y el contraste nos inspira mucho. Nuestro estudio está allí, nuestras vidas están allí, nuestras referencias están muy centradas y es bueno tender puentes entre ciudades. Se habla mucho del mito, del cliché parisino. ¿A qué diría que se parece la mirada de dos americanos? Jack: Todo nuestro trabajo consiste en deconstruir estereotipos, ideas preconcebidas... Buscamos alejarnos de los estándares de manera general. Vivimos en un mundo globalizado, muy internacional. En todas las ciudades a las que viajamos las mujeres responden a una combinación de influencias. Es difícil clasificar a la parisina, hay tantas contribuciones, cruces, polarizaciones... no queremos separar a las mujeres geográficamente. Lazaro: No hemos prestado atención a ese cliché. Pertenecemos a una generación sin fronteras. Jack: Hay cierto acento que lo cambia todo... Lazaro: Creo que significó algo para la generación de nuestros padres, pero no para la nuestra. En París desfilan todos los grandes. ¿Creen que a partir de ahora les mirarán de forma diferente en Nueva York? Lazaro: El futuro dirá... Es cierto que aquí están los mejores, pero no intentamos cambiar nada, solo desafiarnos a nosotros mismos. Hemos desfilado en nueva York más de una década, cada seis meses, cada temporada. Se acaba volviendo repetitivo. Buscábamos un desafío, hacer algo nuevo, presentar ante otra audiencia y también ante la prensa europea que no viaja a nueva York. ¿Continuarán desplazándose aquí o volverán a quedarse en Nueva York? Lazaro: En enero volveremos a París. Después, ya veremos. ¿Cómo diseñaron su colección Spring/Summer 2018, que otorga un lugar destacado a los materiales y las técnicas? Jack: Durante nuestro tiempo libre en París estos últimos meses hemos investigado mucho y encontrado muchos talleres pequeños independientes especializados en bordados, plumasserie y tejedores que todavía trabajan con artesanías del siglo XVIII. También trabajamos con Lesage. Esto es lo que más nos inspiró: explorar esas técnicas, ese saber hacer tan francés, artesanal; y traducirlas a nuestro propio idioma. Acostumbran a decir que cada colección es como un diario, un espejo de lo que están viviendo. ¿Se han pasado los últimos 15 años escribiendo una autobiografía? Lazaro: ¡Es verdad! nuestras colecciones siempre son en parte autobiográficas, representan lo que sentimos o vivimos en determinada etapa. Podemos proyectarnos al pasado y saber dónde estábamos en ese momento. Esta última colección es un reflejo de lo que la moda francesa representa para nosotros: refinamiento, sofisticación, amor por la artesanía. Defendemos un cierto ideal de belleza sin preocuparnos por las tendencias. ¿Qué piensan de nuestro modo de vida actual, en el que todo va cada vez más rápido y en el que nos cansamos de las cosas cada vez más temprano? Jack: La información es constante, la inmediatez nos viene dada por la sociedad. Siempre queremos algo nuevo. Repartimos el tiempo entre Manhattan por negocios, Brooklyn porque es allí donde residimos y Massachusetts, donde tenemos una granja. Intentamos cortar con la vida en la gran ciudad, el estrés, la presión. Soñamos con bajar el ritmo pero es imposible, es mejor ser realista.

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